Antecedentes

Elementos del par Biomagnético

En 1988 se tuvo la oportunidad de conocer el concepto de biomagnetismo como un procedimiento de orden físico que detecta en forma cualitativa e indirecta por medio de imanes naturales de mediana intensidad, las alteraciones fundamentales del pH (potencial de hidrógeno) de los órganos internos del cuerpo humano. Este modelo médico, el más valioso de la era moderna, es un descubrimiento hecho por el médico mexicano, Dr. Isaac Goiz Durán.

El descubrimiento del par biomagnético en 1988 marcó un criterio totalmente nuevo dentro del mismo biomagnetismo y de la medicina en general, al comprobar que las cargas biomagnéticas tienen resonancia vibracional y energética. A la fecha se han descubierto e identificado plenamente 105 pares biomagnéticos regulares, quince especiales y once disfuncionales; que a su vez identifican energéticamente al mismo número de patologías de los organismos humanos. El primer par biomagnético conocido fue el del síndrome de inmunodeficiencia humana (SIDA) que se genera en el timo y el recto desde las primeras horas en que se instala el virus, produciendo en los órganismos dos fenómenos simultáneos: inmunodeficiencia y seropositividad.

En 1994 se descubrió que existe un SIDA "Falso Positivo" a VIH en 1996 descubrimos que existe en VIH potencial. El par biomagnético tiene tres elementos bien definidos:

  1. El nivel energético normal (NEN) en donde el pH es prácticamente neutro y en donde se lleva a cabo todas las funciones vitales normales del organismo humano.
  2. El Polo Positivo que se genera por exceso de H+ (hidrogeniones) en donde el pH es ácido y da lugar a la presencia del virus.
  3. El polo Negativo que se genera por déficit de H+ y por la presencia de radicales libres complejos con polaridad negativa en donde el pH es alcalino, dando lugar a la presencia y desarrollo de bacteria.

El par biomagnético viene a definir cada una de las patologías conocidas del cuerpo humano, por su ubicación en dos órganos bien identificables. A la fecha la medición de los polos biomagnéticos es de orden cualitativo e indirecto, pero es la base para que en un futuro próximo desarrollemos un equipo que pueda medir en forma directa y cuantitativa los fenómenos de polarización orgánica.

Diagnóstico y curación a distancia

En 1994 pudimos detectar mentalmente los fenómenos de polarización bioenergética pero hasta la fecha la despolarización se consigue por campos magnéticos. En 1995 pudimos transmitir el fenómeno de despolarización a distancia por inducción bioenergética entre la ciudad de México y la Piano de Sorrento, Italia. En la actualidad ya es común la curación a distancia en función de "El par bioenergético" con estos criterios, la despolarización de los órganos alterados, se logró desde 1988, enfrentando las cargas bioenergéticas por medio de imanes naturales superiores a los 1,000 gauss.

Efectos colaterales

En 1997 certificamos que la geografía tiene influencia sobre la patología humana, pero también sobre el proceso curativo bioenergético. A la fecha se han estudiado, diagnosticado y atendido con este procedimiento, durante doce años aproximadamente a unos 60,000 pacientes, llegando a conclusiones muy importantes.

El biomagnetismo médico, por ser un procedimiento de orden físico y natural así como externo, no produce iatrogenia ni efectos colaterales indeseables. Es bien sabido que los organismos superiores pueden ser portadores asintomáticos de microorganismos patógenos, aparentemente en las mucosas de los sistemas respiratorio y digestivo. En realidad lo hacen en los pares biomagnéticos y por ello, el biomagnetismo médico es también un procedimiento preventivo de la salud. Al detectar oportunamente la patología, aún antes de su manifestación clínica. Todos los fenómenos patógenos están soportados por distorsiones fundamentales el pH y la restauración de la entropía orgánica, condiciona la curación y por lo mismo, la salud.

Algunos ejemplos:

La gran mayoría de las enfermedades son provocadas por una infección, ya sea micro, es decir subclínica, o macro infección a nivel manifiesto.

Diabetes, cáncer, la artritis, la fibromialgia, la esclerosis, el lupus, el Alzheimer y el glaucoma, stress, túnel carpeano, rosácea, dolores lumbares, osteoporosis, influenzas, sinusitis, disfunciones de los órganos, epilepsia, conjuntivitis, meningitis, cirrosis hepática, codo tenista, hepatitis, entre otras, con el biomagnetismo, un gran porcentaje de pacientes experimenta rápidas y notables mejorías que no ocurren comúnmente con otros tratamientos.

Por todo lo visto y por los extraordinarios alcances que se vislumbran, podemos asegurarles sin temor a equivocarnos, que la medicina del futuro estará necesariamente ligada al avance y difusión del Biomagnetismo.